Cuento para ciegos
Me preguntaron cuanto me doliste en una escala del 1 al 10 y mi mente hizo un viaje por cada recuerdo que grabamos juntos. Tal vez no fuese la historia de amor más larga que contar, ni tampoco la más corta, pero te puedo asegurar que fue la que se hizo su propio recobijo en mi memoria y sepulcrando así tu nombre en el cementerio de las historias prohibidas. El amor escribe el punto y final con su tintero y su pluma, quedándose la última página en blanco. Sin embargo un punto que la pluma sangra se esparcía al pie de página, aún sabiendo que era una nube de palabras. Pero no supimos verlo, por lo que apagamos la vela, siendo el soplido las últimas palabras.Palabras que no supimos poner en orden, para poder terminar de contar nuestra historia. La historia cuyo título tiene el honor de llevar tu nombre. Un nombre que hoy en día cada vez que lo escucho, es inevitable regalar una sonrisa a aquellos que no han sido lo suficientemente afortunados de toparse con tus ojos. Y por eso